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Camino, camino podría caminar hasta Pedro de Valdivia y no tener que hacer la larga fila para entrar a Los Leones, me compro una barra de chocolate y espero, y avanzo. Se respira la desilusión de la gente, se respira aire sucio. Contaminación, enfermedad. Bronquitis, faringuitis, pulmonía, todo en un mismo lugar. El metro es una fuente de enfermedades que parece desbordar, no se puede respirar con facilidad. La gente se observa con tristeza, quizás como yo, buscando unos ojos que refugien los míos. Miro un rostro como el mío, un joven algo así como veinte años con el pelo claro. No le sonrío, sólo me quedo observándolo y él se encuentra con mis ojos. Poca gente se queda mirándome cuando yo la miro, como él. Al final le corro la cara y sigo cantando When You Were Young, me intimida. La gente me aplasta, un grupo de universitarias con grandes carpetas me aplasta contra la esquin de la puerta al entrar, tienen el pelo de distinto color, cada una, y la cara con piercings. Sus rostros reflejados en el cristal de la puerta, las manos marcadas. Veneno en el aire. Transbordo, pierdo los ojos del desconocido, parecemos ovejas. El metro se detiene varias veces, probablemente porque están descordinados, el camino es largo de Baquedano a Bellas Artes. Afuera hace frío, tres policías frente a una botillería, supongo vigilando que no entren menores de edad, hay mucha gente en la calle. Barrio Bellas Artes, camino en dirección contraria al museo y sonrío, camino dando pequeños saltos. Pienso en el frío. El loco frente a Monjitas no está hoy, ni siquiera desde el edificio le oigo gritar, como lo hacía desde su dura cama el viernes pasado. No grita desde el suelo. Sólo una ambulancia, o quizás no, sólo una sirena lejana llevando o buscando algún moribundo. La ventana da justo hacia el Santa Lucía, luces, menos de veinte, más de diez, no tengo ánimo para contarlas, una luz más grande en una grúa. Un edificio lleno de brillo, más grande y alto que en el que estoy. Santiago me emociona. Con su gente triste, con sus luces y carteles de neón en el centro. El centro me emociona más con su vida siniestra, muerta.
1 comentario:
oye : P
perdona, que no te avisé. Me fui al festival de música folk de ortigueira , a beber y dormir en la playa (llovió!!) y nada :P vi tu mail y me estaba entreteniendo con las fotos que pusiste, me gustan
unbeso :**
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