sábado, 14 de julio de 2007

Piensa en las criaturas mudas, telepáticas.
Piensa en las chiquillas ciegas e inexactas.
Piensa en las mujeres rotas, alteradas.
Piensa en las heridas cómo rosas cálidas.

Pero nunca olvides la rosa, la rosa.
La rosa de Hiroshima, rosa hereditaria.
La rosa radiactiva, estúpida e inválida.
La rosa con cirrosis, la anti-rosa atómica.

Sin color, sin perfume, sin rosa, sin nada.



(Rosa de Hiroshima, Pedro Aznar)

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