Piensa en las criaturas mudas, telepáticas.
Piensa en las chiquillas ciegas e inexactas.
Piensa en las mujeres rotas, alteradas.
Piensa en las heridas cómo rosas cálidas.
Pero nunca olvides la rosa, la rosa.
La rosa de Hiroshima, rosa hereditaria.
La rosa radiactiva, estúpida e inválida.
La rosa con cirrosis, la anti-rosa atómica.
Sin color, sin perfume, sin rosa, sin nada.
(Rosa de Hiroshima, Pedro Aznar)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario