miércoles, 26 de septiembre de 2007

the special two?

Casi un mes ya. La tele suena alto en la otra pieza, mi pc esta muerto, sólo me queda escuchar música del iPod. O quizás de la last, pero no me animo a sintonizarla. Prefiero levantarme y apagar de un grito -a mis hermanos- la tv y tomar el iPod negro, antiguo.
Siento un breve impulso de oir Missy Higgins, quizás también fue hace un mes la última vez que la escuché. You can steer.
No se porque me siento momentaneamente inspirada y radicalmente concentrada en escribir sobre mi. He reflexionado, estos últimos días sobre porqué las personas suelen escribir de sí mismos. y de lo que sienten. Quizás es una forma de sentirse seguros. Al menos yo siento que al escribir me siento cómoda, pero no es sólo eso, sino esa es sólo una razón superficial para decir que en parte soy vanidosa. O egocéntrica. Me gusta que me lean. Aunque sólo sea la gente que al final es la que me importa y no cualquiera que va pasando que no creo entienda bien la situación.
And I dont know who I'm without you, all I know is that I should.
Suelo relatar mis acciones en mi cabeza. ¿A quién no le ha ocurrido?, suelo pensar, pero otras me recuerdo que no debe ser muy normal. No debe ser tan normal querer ser recordada en un libro y creerse tan importante como para figurar en uno. Como a Matías le recuerdan en Mala Onda, de Fuguet. En cierta parte oculta hay algo en él que me llama la atención. Más allá de la cocaína, del sexo, del egocentrismo y del caos que muestra es la indefensión la que me atrae. Esa estúpida depresión. En fin, no voy a hablar de mis ridículos sentimientos, que no por eso son los primeros, por un personaje que es parte de la ficción de un libro. O quizás de una película. O quizás real, pero parte de la ficción de mi cabeza. Idealizados, para variar.
Anyway. I must go on.

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